Cien años de soledad
Gabriel García Márquez
La historia es más interesante cuando Arcadio Buendía y Úrsula deciden casarse a pesar de que su familia se opone por que anteriormente, primos hermanos se habían casado y según relata la historia habían tenido un hijo lagarto, un pequeño que nació con una cola “lagarto”, toda su vida estuvo escondiéndose ya que se mofaban de él, jamás logro casarse ya que se avergonzaba; un día tomo la decisión de cortarse la cola y fue con un carnicero que tenia la experiencia en corta colar en cerdos para deshacerse de ella, este logro hacerla pero murió debido a una hemorragia.
Úrsula Iguarán, recién casada con José Arcadio Buendía, se niega a que el matrimonio se consume por temor a que también les nazca un hijo con cola. Ello da pie a que Prudencio Aguilar eche en cara José Arcadio su poco valor, después de una pelea de gallos, el muy molesto se retira por un cuchillo y acaba matándole por su provocación, esto no termina con la muerte sino que todas las noches se le presenta, principalmente en los lugares con agua ya que se enjuaga su herida y tapa con un corcho.
Arcadio Buendía no soporta la culpa y decide irse con su familia lejos de este lugar, sin embargo un grupo de compañeros deciden acompañarlo e ir en busca de nuevas tierras ya que ellos nunca habían salido y no conocían absolutamente nada. Cuando ellos salieron Úrsula estaba embarazada y su caminar fue muy largo sus piernas estaban desgarradas y ya no podía caminar, fue así como decidieron ir más lento ya que las mujeres y niños ya estaban muy cansados del viaje ya que no descansaban lo suficiente.
Después de mucho caminar consolidan una aldea de apenas 20 casas todas ellas de color de blanco de barro y cañabrava construida a la orilla de un río a la cual llamaron Macondo, José Arcadio era quien daba instrucciones para la siembra y consejos para la crianza de niños y animales, y colaboraba con todos, aun en el
Trabajo físico, para la buena marcha de la comunidad.
Puesto que su casa fue desde el primer momento la mejor de la aldea, las otras fueron arregladas a su imagen y semejanza. Tenía una salita amplia y bien iluminada, un comedor en forma de terraza con flores de colores alegres, dos dormitorios, un patio con un castaño gigantesco, un huerto bien plantado y un corral donde vivían en comunidad pacífica los chivos, los cerdos y las gallinas. Los únicos animales prohibidos no sólo en la casa, sino en todo el poblado, eran los gallos de pelea.
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