La droga de los zombis
Las sales de baño destruyeron la comunidad de Roanoke, Virginia.
Cuando una droga sintética llamada Amped llegó por primera vez en octubre de 2011, los fanáticos de las drogas recreativas enloquecieron por ella. Etiquetada como “atrayente de catarinas”, “polvo de la exuberancia” y también conocida como sales de baño, Amped fue desarrollada por un bioquímico profesional, lo que es una rareza dentro de esta industria, por lo general, poco fiable. Pero a finales de febrero, algo cambió. Los usuarios de Amped empezaron a comentar en blogs que, a diferencia de las tandas iniciales de este estimulante en polvo, los cargamentos más recientes tenían el color y la textura de una hojaldra aguada. La mercancía olía a meados. Sin embargo, para aquellos dispuestos a inhalar la pasta coagulada, ésta todavía ofrecía un viaje decente.
Bath Salt Guru, el blog de culto sobre esta droga, ofrecía una explicación oscura para dicho cambio: Wicked Herbals, la compañía detrás de Amped, había cortado relaciones con su químico debido a una pelea por un cambio en la fórmula. Un anuncio advertía a los lectores que la calidad del producto no era confiable. Decenas de comentarios suplicaban más detalles, y casi al mismo tiempo que se publicaban estas dudas, otros usuarios de Amped expresaban su satisfacción con el último cargamento. Tras unas cuantas respuestas confusas e incoherentes, el bloguero anónimo se despidió: FTWWALD—Fuck The World With A Long Dick [Cójanse al mundo con un pito enorme].
Las sales de baño son más que un estimulante. Los usuarios descubrieron que Amped, y otras marcas, eran más poderosas que la cocaína. Un usuario las describía así: “[Cuando te das] coca, ves a un grupo de chicas y dices: ‘Soy un chingón’, y vas y hablas con ellas. [Cuando te das] Amped, piensas: ‘Debería estimularme el pito y enseñárselo’”. Recuerda que una tarde salió a dar un paseo, inhalando pedazos de Amped en el camino.
Al amanecer estaba montado en un columpio en el jardín de un extraño, en ropa interior, mostrándole su media erección a las chicas que pasaban por ahí, con la esperanza de tener algo de suerte.
Pocos lugares tenían condiciones tan ideales para la plaga de las sales de baño como Roanoke, Virginia. Construida al pie de las montañas Blue Ridge, la zona es una mezcolanza de casas clasemedieras y lotes baldíos infestados de hierbas, autos viejos y muebles abandonados. Un número de epidemias de drogas marcaron las décadas pasadas cual estratos geológicos; los excesos en el consumo de opio y alcohol son una realidad de todos los días. Uno de los habitantes cuenta que su adicción a la heroína tocó fondo cuando lo hospitalizaron por ingerir Drano (un líquido para limpiar drenajes). Otro recuerda haber visto a sus vecinos rugiendo sobre el asfalto con pipas de cristal entre los dientes, justo afuera de su casa. Pero las drogas no han destruido la camaradería del vecindario. Por ejemplo, cuando el albergue local organizó una recaudación de fondos para un niño con discapacidad de desarrollo, toda la comunidad se presentó para mostrar su ayuda, incluyendo a más de cien miembros de la pandilla de motociclistas locales.
Bath Salt Guru, el blog de culto sobre esta droga, ofrecía una explicación oscura para dicho cambio: Wicked Herbals, la compañía detrás de Amped, había cortado relaciones con su químico debido a una pelea por un cambio en la fórmula. Un anuncio advertía a los lectores que la calidad del producto no era confiable. Decenas de comentarios suplicaban más detalles, y casi al mismo tiempo que se publicaban estas dudas, otros usuarios de Amped expresaban su satisfacción con el último cargamento. Tras unas cuantas respuestas confusas e incoherentes, el bloguero anónimo se despidió: FTWWALD—Fuck The World With A Long Dick [Cójanse al mundo con un pito enorme].
Las sales de baño son más que un estimulante. Los usuarios descubrieron que Amped, y otras marcas, eran más poderosas que la cocaína. Un usuario las describía así: “[Cuando te das] coca, ves a un grupo de chicas y dices: ‘Soy un chingón’, y vas y hablas con ellas. [Cuando te das] Amped, piensas: ‘Debería estimularme el pito y enseñárselo’”. Recuerda que una tarde salió a dar un paseo, inhalando pedazos de Amped en el camino.
Al amanecer estaba montado en un columpio en el jardín de un extraño, en ropa interior, mostrándole su media erección a las chicas que pasaban por ahí, con la esperanza de tener algo de suerte.
Pocos lugares tenían condiciones tan ideales para la plaga de las sales de baño como Roanoke, Virginia. Construida al pie de las montañas Blue Ridge, la zona es una mezcolanza de casas clasemedieras y lotes baldíos infestados de hierbas, autos viejos y muebles abandonados. Un número de epidemias de drogas marcaron las décadas pasadas cual estratos geológicos; los excesos en el consumo de opio y alcohol son una realidad de todos los días. Uno de los habitantes cuenta que su adicción a la heroína tocó fondo cuando lo hospitalizaron por ingerir Drano (un líquido para limpiar drenajes). Otro recuerda haber visto a sus vecinos rugiendo sobre el asfalto con pipas de cristal entre los dientes, justo afuera de su casa. Pero las drogas no han destruido la camaradería del vecindario. Por ejemplo, cuando el albergue local organizó una recaudación de fondos para un niño con discapacidad de desarrollo, toda la comunidad se presentó para mostrar su ayuda, incluyendo a más de cien miembros de la pandilla de motociclistas locales.